Comellas, Suárez: República de 1873, tres guerras civiles simultáneas

   "En enero de 1876 decidió abdicar y se marchó de España [Amadeo I].

   La I República 

   Sucedió entonces uno de los hechos más desconcertantes de aquel sexenio. Unas Cortes con gran mayoría de monárquicos decidieron proclamar la República, y cuatro de los seis ministros del nuevo régimen lo habían sido un día antes de Amadeo I. Se llegó a la republica un poco por exclusión, al haber fallado otras opciones. Algunos historiadores hablan de <una república sin republicanos>, y aunque la expresión no es cierta, fue aquélla una república en que los republicanos estaban en minoría. Tampoco el pueblo, excepto los grupos más radicales, pareció acoger el cambio con gran entusiasmo, puesto que en las elecciones de 1873 la participación electoral apenas pasó del 20%.

   Por si fuera poco, los republicanos se dividieron a su vez en unitarios y federales, y estos últimos en moderados y exaltados. Se dice que en los once meses que duró la República hubo nada menos que cuatro presidentes. Hay que entenderlo: fueron presidentes del poder ejecutivo (Figueras, Pi y Margall, Salmerón, Castelar), ya que como no había una constitución republicana, que por falta de acuerdo no llegó a elaborarse, no se sabía cómo elegir presidente. La máxima confusión llegó en el verano de 1873, bajo la presidencia del federalista Pi y Margall, un intelectual de muy interesantes ideas, pero sin sentido práctico. Para Pi y Margall, el poder debe ir <de abajo a arriba>  y establecerse mediante sucesivos pactos. [...] Pero la gente no entendió bien su doctrina y la idea federal, en vez de vínculo de unión y acuerdo, lo fue de separación. Así se formaron en España hasta treinta y dos cantones, todos independientes y celosos unos de otros, como que Jaén declaró la guerra a Granada, Utrera a Sevilla, Coria a Cáceres y hasta Cartagena a Madrid, guerra esta última que duró cinco meses y en la que hubo hasta una batalla naval. La insolidaridad de los españoles alcanzó extremos nunca vistos hasta entonces. Entretanto, proseguía en el Norte la guerra carlista y parte de Cuba se había sublevado contra la metrópoli: tres guerras civiles al mismo tiempo.

   En tales condiciones la situación se hizo insostenible. En enero de 1874, el general Pavía dio un golpe de estado, aunque no quiso ocupar el poder. Lo hizo el general Serrano, nadie sabía muy bien si como presidente ejecutivo de la República o como aspirante de nuevo  regente. En este sistema que no fue siquiera sistema pasó el año 1874. Por Navidades, el general Martínez Campos dio otro golpe de estado y proclamó rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II. Habían fracasado todos los sistemas y hasta la falta de sistema. Se veía venir la restauración como única salida posible". 

Comellas, J. L.; Suárez, L., Historia de los españoles, Barcelona, Ariel, 2003, pp. 238-239.




Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque


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