Serafín Fanjul: sobre el número de moriscos expulsados
"Sabemos que en los diversos reinos de Castilla y a tenor de las cifras de 1610 y 1611, los denominados mudéjares antiguos -es decir, los musulmanes sometidos antes de 1492 y que hasta entonces habían conservado sus creencias manteniéndose al margen de la sociedad dominante, tolerados pero no queridos, ni integrados por propia decisión- no excedían los veinte mil, mayoritariamente concentrados en la región de Murcia. Tampoco las cifras de Cataluña son significativas: Lapeyre admite que la cantidad de diez mil moriscos por él ofrecida puede estar inflada, si bien en el actual Aragón el número de sesenta y cuatro mil expulsados que el mismo historiador toma de Fray Marcos de Guadalajara nos emplaza ante un problema económico y humano de mayores dimensiones, añadiéndose la circunstancia de que en esa región la expulsión fue casi total, con lo que el número inicial de moriscos y el de exiliados vendría a coincidir.
El panorama más grave en todos los órdenes lo presentaba el reino de Valencia, donde el régimen de tolerancia -insistimos en que tolerancia no significa convivencia cordial o compenetración- había sobrevivido hasta principios del XVI, pero los agermanados forzaron a los musulmanes a bautizarse, así pues, desde 1521 comenzaron a ser designados como cristianos nuevos o moriscos. La presión que sufrían, espoleadas por las acciones de los piratas musulmanes, indujo a la fuga masiva hacia el norte de África de pueblos enteros entre 1526 y 1534 (Callosa d'En Sarrià, Oliva, Valldigna, Cullera, Parcent, Polop, Algar, Micleta...) [...] En el instante del destierro, aproximadamente un cuarto de la población valenciana estaba compuesto por moriscos, saliendo camino de África 116.022 almas, a las cuales se pueden adicionar otros ocho mil fugados, fallecidos o condenados a galeras. [...] Algo resulta evidente al comprobar el predominio de los cristianos viejos en las aglomeraciones urbanas principales: la industria y el comercio a gran escala estaban en sus manos (y hablamos de Valencia, donde más moriscos había), lo cual debilita en grado sumo las vociferantes condenas pseudohistoricistas que desde el siglo XIX nos anatematizan culpando a la expulsión del empobrecimiento económico español".
Serafín Fanjul, Al-Andalus contra España, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 2000.
Pere Oromig y Francisco Peralta, "Embarque de los moriscos en el puerto de Alicante", 1612.
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