Miquel Tarradell: organización social ibérica
"El núcleo básico de la organización ibérica fue la ciudad. Paralelamente a la división de pueblos o tribus aparece la ciudad o poblado, como un sistema más del mundo mediterráneo antiguo, cuyo ejemplo máximo es Grecia. [...] Estos núcleos de población manifiestan categorías y grados de urbanización distintos, según se trate de las zonas costeras, más ricas, más abiertas a las corrientes mediterráneas, o de núcleos de montaña. [...]
Es característica general su posición en lugares elevados, de fácil defensa natural, claro testimonio de una sociedad guerrera, disgregada, en la que debían de ser muy frecuentes las luchas entre los grupos tribales y de ciudad a ciudad. La preocupación por la defensa dominó, a la hora de elegir emplazamientos, por encima de cualquier otra preocupación. [...] A la defensa natural se añaden las murallas, que jamás faltan. [...]
Las viviendas son muy uniformes, salvo pequeños detalles. No se observan diferencias apreciables que respondan a grupos sociales distintos. Tampoco conocemos edificios públicos ni templos. Los santuarios estaban, por lo general, fuera de los poblados, aunque a veces muy cerca de ellos [...] Una característica general de los cementerios ibéricos es la relativa igualdad de las tumbas, tanto por lo que respecta a su construcción como a las ofrendas. Es significativo que esta relativa igualdad ante la muerte se corresponde con las escasas diferencias entre una casa y otra que nos muestran los poblados".
TARRADELL, Miquel, "Primeras culturas", en TUÑÓN DE LARA, dir., Historia de España, I Introducción, primeras culturas e Hispania romana, Barcelona, Labor, 1981, pp. 139-142.
Poblado ibérico de San Antonio, Calaceite, Teruel
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