BENZ, W.: sobre los tribunales extraordinarios del nazismo

  "¿Qué hacía el Tribunal del Pueblo?

Los nacionalsocialistas utilizaron el derecho y la justicia para perseguir y combatir a sus enemigos y a aquellos a los que despreciaban. El decreto que siguió a la quema del Reichstag, de febrero de 1933, endureció las penas por delitos políticos y por otros de diversa índole. Y el decreto <<para la defensa de ataques traidores contra el gobierno de formación nacional>> de marzo de 1933 (sustituido luego por la Ley sobre Traición de diciembre de 1934) abrió el camino a la persecución penal por <<manifestaciones malintencionadas>> contra dirigentes nacional-socialistas y sobre organizaciones del Tercer Reich. Todas las críticas, palabras de descontento dichas a la ligera y valoraciones privadas no conformes con el régimen podían convertirse en delito penal. Las puertas estaban abiertas de par en par a los denunciantes.

Para la instrucción de los procesos en los <<casos de traición>> se establecieron en marzo de 1933 tribunales extraordinarios, como cámaras penales especiales, donde de entrada los derechos de los inculpados quedaban notablemente limitados y donde no había ningún derecho de apelación. A partir de noviembre de 1938, cualquier delito podría ser denunciado ante un tribunal extraordinario teniendo en cuenta la especial <<gravedad o bajeza del hecho>>. Las penas impuestas por los tribunales extraordinarios fueron cada vez más severas. Durante la guera actuaron como <<consejos de guerra del frente interior>> (Roland Freisler) y cumplieron su misión con la imposición de 11.000 penas de muerte.

En un principio, el Tribunal del Pueblo se había creado como un tribunal extraordinario el 24 de abril de 1934; dos años después, a partir de abril de 1936, funcionaba como tribunal ordinario con competencias en delitos de alta traición a la patria, y luego también en los de sabotaje, colaboración con el enemigo, espionaje y derrotismo. El Tribunal del Pueblo juzgaba en primer y última instancia; no se podían interponer recursos.

El Tribunal tenía seis salas, cada una de ellas con cinco jueces. Sólo tenían que ser jueces de carrera el presidente y un vocal de cada sala; eran nombrados por Hitler a propuesta del ministro de Justicia. [...] El número de condenas a muerte pasó de 102 en 1941 a 2.097 en 1944. 

El Tribunal del Pueblo dictó un total de 5.200 sentencias de muerte; entre los acusados estuvieron hombres de la resistencia y los hermanos Scholl (<<La Rosa blanca>>). El Bundestag declaró en 1985 que el Tribunal del Pueblo no fue un tribunal de derecho público, sino un <<instrumento de terror para la imposición del sistema arbitrario de dominio nacionalsocialista>>. Esta declaración del Parlamento alemán supuso la anulación, con efectos retroactivos, de las decisiones tomadas por el Tribunal del Pueblo". 

BENZ, Wolfgang, El Tercer Reich. 101 preguntas fundamentales, Madrid, Alianza Editorial, 2009.

Die 101 weichtigsten Fragen. Das Dritte Reich, 2006. 

Fragmento tomado de las páginas 103 a 105. 

Incendio del Reichtag, Berlín, 27-2-1933


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